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El famoso empresario, ícono de “Mi barrunto”, y su hermano están en la mira de la Fiscalía por el presunto liderazgo de la organización criminal del ‘Clan familiar Sánchez Aranda’.
Dueño de “Mi barrunto” y Andrés Hurtado encabezarían organización criminal
Un organigrama diseñado por la Fiscalía de Lavado de Activos involucra a Luis Enrique Sánchez Aranda, el empresario cevichero, y a Andrés Hurtado, quien cumple condena por tráfico de influencias, como cabecillas de una supuesta red de lavado de activos.
En el organigrama también figuran los dos hermanos de Lucho y las parejas de ellos, quienes serían testaferras de la organización delictiva. “Mi barrunto” sería una de las cuatro razones sociales que habrían utilizado para lavar activos.
Tiempo atrás, Cuarto Poder reveló una compleja serie de transferencias por un Porsch Cayenne Turbo, auto del clan Sánchez, antes de pasar por diversos propietarios hasta llegar a Andrés Hurtado. “Chibolín” vendió el vehículo al dueño de “Mi barrunto” por 30.000 dólares, pero sospechosamente, Lucho se lo devolvió por el mismo precio.
Empresario se defiende de acusaciones
Según el Ministerio Público, entre 2014 y 2017, fueron depositados 12 millones de soles desde Panamá a las cuentas de los hermanos Sánchez Aranda que serían del tráfico de drogas. Ante esto, el empresario negó los cargos: “Yo lavo platos, lavo pescados, el resto cero (…). Me quieren vincular a muchas cosas, pero yo soy cevichero, no soy empresario, no soy dueño de minas“.
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