Un grupo de entusiastas de la aeronáutica vinculados al Pima Air & Space Museum de Tucson, Arizona, lograron construir un avión de papel de 13.5 metros de envergadura y hacer que este vuele.

La iniciativa surgió cuando el museo organizó hace unos meses un concurso infantil para construir aviones de papel. El modelo ganador pertenecía a Arturo, joven de 12 años aficionado al origami, y sirvió como base para el proyecto de mayores dimensiones. Con la colaboración de 9 expertos en aeronáutica, Arturo colaboró para superar el reto trazado por el grupo de trabajo: construir el avión de papel más grande jamás construido y hacerlo volar.

Los expertos tardaron dos meses en construir la aeronave, posteriormente trasladaron el modelo al desierto de Arizona y lo montaron sobre una rampa de lanzamiento. El avión de papel fue enganchado a un helicóptero  mediante un cable, y se instaló una cámara en el cable y en la propia aeronave. Ya una vez en el aire, el helicóptero soltó el cable de conexión con el avión de papel y este planeó por el cielo del desierto de Arizona.

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