Muchas veces, llevados por la pasión o por simple gusto, una pareja se besa e incluyen a este acto a la lengua.

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Pues el conocido como ‘beso francés’ tiene estos efectos en el cuerpo y en el cerebro que nadie lo sabía y que según especialistas según como percibamos el beso, aceptaremos o rechazaremos a la pareja.

«En los labios se nota con mucha precisión la temperatura corporal de la otra persona, el tono muscular y hasta el estado de su sistema inmunitario a través de los anticuerpos y otras proteínas de este sistema. Además, durante el beso, especialmente con lengua, hay un importante intercambio de saliva que hace que el hombre pase testosterona a la mujer y actúe como una especie de afrodisíaco que activa la receptividad sexual de la mujer. Cuando toda la información llega al cerebro, este valora si le gusta o no, si lo rechaza o lo acepta”, afirma David Bueno, biólogo e investigador de genética de la Universidad de Barcelona.