Luego del triplete de la temporada del Bayern Múnich, los jugadores querían celebrar. El 1 de junio, el club obtuvo la Copa Alemana y desató la locura entre los hinchas.

El estadio Olímpico de Berlín estalló de fiesta junto a los futbolistas. Claudio Pizarro tomó la copa y comenzó a verla, pero Franck Ribéry se la quitó casi a la fuerza.

Felizmente no terminó en una pelea. Ribéry quiso devolverle la copa a Pizarro, pero él lo rechaza para que los otros sigan viéndola.

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